Miguel Soler: El desafío de reconstruir, el oficio de educar
Por Margarita Michelini- Mosaico Social. 10-08.06
Es un viejo maestro, pero no un viejo. Miguel Soler Roca, ágil en el paso y en el pensar, ha vuelto a las andadas. A los 84 años, se empeña con optimismo expreso, aunque discreto, en transformar la educación, a la que dedicó su vida y que considera vital para las personas y los pueblos.
Soler, quien nació en Cataluña, emigró con su familia a Uruguay a los cuatro años. Fue maestro rural, participó de la fundación de la Federación Uruguaya de Magisterio y creó el Primer Núcleo Escolar Experimental (1954-1961), “un trabajo intensivo de educación para el mejoramiento de la vida campesina, conocido como la experiencia de La Mina”.
Entre 1961 y 1982 trabajó como especialista para Unesco en diversos países de América Latina, y en los los últimos 20 años como asesor en numerosas oportunidades en América y Cataluña.También participó en actividades solidarias y de reflexión acerca de la realidad social. Desde hace un año, aunque conserva su casa en Barcelona, vive en Montevido y se desempeña como asesor honorario del Director Nacional de Educación Pública. Es uno de los integrantes de la Comisión Organizadora del Debate Nacional sobre Educación que se gestiona desde el gobierno uruguayo. En 2006 recibió el título Doctor Honoris Causa de la Universidad de la República.
Miguel Soler habla castellano con acento español, su lengua materna es el catalán y ha recorrido decenas de países. Sin embargo, para varias generaciones de docentes, el “maestro Soler” es un referente de la mejor enseñanza pública uruguaya.
Mosaico Social: Se fue de Uruguay en 1961 y vuelve a trabajar, más de 40 años después. ¿Cómo era la educación en Uruguay cuando se fue y cómo es en la actualidad?
Miguel Soler: Primero querría decir que Uruguay tuvo una educación de alto prestigio, internacional y sobre todo en la región latinoamericana porque a partir de José Pedro Varela se esforzó por tener un nivel educativo de amplia cobertura y de alta calidad.
Con el esfuerzo que realizó el Estado uruguayo durante décadas, es decir la primera mitad del siglo XX - en las que dispuso de medios ecómicos importantes - esa educación se fue construyendo progresivamente y adquirió muy alto nivel.
En eso influyeron, desde luego, corrientes externas porque los países no viven solamente de lo que crean de manera autárquica o endógena sino que necesitan intercambios. En esa evolución influyeron mucho en la educación uruguaya todas las corrientes europeas favorables a la una educacióna activa, respetuosa de los derechos del niño, en la que el educador tenía una elevada estimación social y la educación se daba simultáneamente con un desarrollo cultural de buena calidad. Así las ideas, liberales para la época de gratuidad, de laicidad, predominantes en la Europa Occidental, cuajaron en la población y en la realidad uruguayas y fueron dando una escuela pública -me estoy refiriendo en este momento solamente a la Primaria- de cobertura prácticamente total. Los niños que quedaban fuera del sistema educativo eran pocos, en parte, gracias a la aprobación del famoso Código del Niño de 1934 que hacía obligatoria la educación de nivel primario.
Al mismo tiempo, se producía un desarrollo universitario que acompañaba todo esto y fue apareciendo la educación media, primero a cargo de la Universidad, después a cargo de un ente autónomo especial.
Ese desarrollo en materia de educación se manifestó alrededor de los años 40 y 50 sobre todo en el área rural.
Mosaico Social: ¿Cuándo comenzó el deterioro de la educación pública?
Miguel Soler: Las cosas se fueron degradando en cuanto el país todo empezó a sufrir las consecuencias de la reestructuración de la economía mundial. En la medida en que las materias primas producidas por Uruguay dejaron de interesar en los mercados internacionales, porque los países ricos las fueron produciendo, el comercio de nuestro país se fue debilitando, sobre todo después de la guerra de Corea y hubo una merma considerable de nuestro comercio exterior. Y como el mercado interior en Uruguay siempre ha sido pequeño por la limitación de nuestra población, empezó el Estado a sentir que ya no disponía de los medios de que gozó en las décadas anteriores y esto afectó los servicios. Y la educación pública, la salud pública y otros sectores empezaron a padecer carencias, que eran en realidad carencias que afectaban a toda la sociedad y al estado uruguayo.
Mosaico Social: ¿La causa principal del deterioro fue la falta de presupuesto?
Miguel Soler: No, vamos a agregar otros elementos. Ese es un elemento que sigue afectando. Las razones de naturaleza política deben ser incluidas en este panorama.
La educación siempre es un hecho, una actividad social de naturaleza política, situada en la política nacional. No hay una educación apolítica, eso no existe. Lo que hay muchas veces es una educación que no confiesa sus líneas políticas, que no las hace explícitas. Y entonces dicen nosotros somos apolíticos.
Mosaico Social:¿Qué sucedió en los años 50 que incidió en el cambio?
Miguel Soler: Influyen las elecciones nacionales de 1958 y el triunfo del Partido Nacional (o Blanco). Se produce un cambio histórico en el país, porque ese cambio corta una sucesión de gobiernos del Partido Colorado para introducir la política del Partido Nacional. Sólo ese hecho no hubiera sido suficiente para afectar negativamente la educación aun significando un cambio de orientación, un ajuste a la nueva política. Lo que pasó fue que el Partido Nacional, en acuerdo con una de sus corrientes internas, el Ruralismo del señor Nardone, constituyó un Consejo de Enseñanza Primaria que infortunadamente estaba compuesto por personas que, además de su carácter conservador, propio de un gobierno más conservador que había obtenido el poder, agregaba su condición de gente incompetente, irresponsable, con ciertas características, incluso de naturaleza ética totalmente negativas. Durante ese período, la educación primaria resultó tremendamente afectada por un proceso de descalabro, de desmantelamiento, de afectación profunda de todo aquello que había venido construyéndose.
Mosaico Social: ¿Y no hubo recuperación?
Miguel Soler: Hubo, hubo algo de recuperación. Pero mi convicción es que en educación lo que se construye requiere muchos años y lo que se destruye, se destruye en pocos minutos o en pocos días. Una vez que se han dado ciertos pasos hacia atrás la reconstrucción es muy difícil. Y al poco tiempo empezó la pre-dictadura y en seguida la dictadura. El sistema educativo no podía ser autónomo de esos procesos que progresivamente y definitivamente, durante muchos años resultaron nefastos para la evolución de la educación.
osaico Social: Tampoco hubo cambio cuando se produjo la recuperación democrática.
Miguel Soler: En el año 1985 el país perdió la gran oportunidad de poner la casa en orden.
Mosaico Social:No sólo en la educación.
Miguel Soler: No sólo en la educación, en muchos aspectos. En el año 85 hicimos un puente que saltó la dictadura desconociéndola, ignorándola y fundamentalmente, reconstruyó estructuras, modos de actuar que eran propios de la pre-dictadura. No hubo el cambio profundo que necesitaba el país y que hubiera sido posible en muchos órdenes si hubiera habido la voluntad política de introducir esos cambios. Por ejemplo en materia de derechos humanos. En materia de Derechos Humanos el presidente (Julio María) Sanguinetti no cumplió lo que él mismo había prometido en el proceso pre-electoral anunciando justamente la aplicación de medidas de justicia que pusieran las cosas en su lugar. Adoptó la línea que le resultó más apropiada, que fue la de ignorar el hecho dictatorial, adoptar la ley de caducidad y tratar de convencernos a todos de que era la hora de portarse bien, de ignorar lo que había pasado y de tener la mirada puesta hacia delante y no hacia atrás.
Eso revela una postura que en realidad se reprodujo en otros órdenes. En materia educativa resultó nefasto, porque si había que hacer una reforma en la educación ese era el momento y no se hizo; se optó por una línea de orden continuista de lo que teníamos antes y se permitió que ciertos personajes que eran fruto del sistema dictatorial que había existido durante tantos años, más de 10 años, quedaran en el sistema educativo en cargos de responsabilidad obstaculizando todo proceso de cambio hacia adelante como el que se necesitaba.
Mosaico Social: Para transformar la educación ¿se debería apuntar otra vez al fortalecimento de la escuela pública?
Miguel Soler: Definitivamente sí. Una de las virtudes de la educación pública era que daba una educación de buena calidad y a la que podía acceder todo el que quisiera. Hoy la gente dice que la escuela pública es “la escuela de los pobres”.
Mosaico Social: ¿Dónde se tiene que anclar la reforma sobre todo en la educación primaria?
Miguel Soler: Soler aclara que sus opiniones son personales porque se está realizando el debate educativo, y él integra la comisión organizadora que está en una etapa de organizar el debate y “escuchar”
Uno de los puntos fundamentales es que a la educación hay que darle los recursos que necesita para que resulte eficiente y de calidad. La lucha por el aumento presupuestal de la educación es una lucha inacabada y habrá que seguir manteniéndola en el orden del día. Pero el gobierno actual está haciendo avances significativos, reconociendo que los recursos son insuficientes. Es decir, la meta es mucho más ambiciosa que la que aparece en los presupuestos, porque estos presupuestos son los que responden a las posibilidades de hoy y tenemos que luchar por tener más posibilidades. Si el pueblo, si la sociedad uruguaya le da la debida prioridad a la educación y me refiero a la educación pública incluyendo todos los niveles hasta los posgrados universitarios, el presupuesto de la educación tiene que seguir creciendo hasta llegar a cifras completamente diferentes ya del orden del 6%, 7% u 8% del Producto Nacional Bruto. Y esto no son fantasías. En primer lugar porque hay países en América Latina que están gastando esas cifras. Segundo porque en diciembre de 1979 la Unesco convocó una conferencia de ministros en México, ministros de educación y ministros encargados del desarrollo económico y esa conferencia para toda América Latina fijó que para el año 2000 el presupuesto de educación pública de los países debía oscilar entre el 7% y 8% por ciento del producto nacional bruto.
Un segundo ámbito en el que me parece absolutamente indispensable operar pronto es el de la formación docente. Este país ha dejado de lado el perfeccionamiento docente. Se está haciendo formación de grado y el maestro y el profesor con su título de grado va a ejercer su profesión. Ocurrre que en materia de educación siempre hay un gran retraso entre el saber disponible y el saber que se enseña. ¿Por qué? Los maestros se forman en un instituto docente cuyos catedráticos se han formado cinco, 10, 15 años antes, con lecturas, bibliografía y experiencias de cinco, 10, 15 años antes; no necesariamente están actualizados. El maestro se forma de esa manera, se pone a ejercer su profesión durante cinco, 10, 15, 30 años. Si no tiene actualizaciones, si no tiene quien le dé insumos que mejoren su saber y que mejoren su ubicación en el mundo, ese educador actúa de una manera desfazada, fuera del tiempo que está viviendo el alumno.
Y así puede ocurrirnos que un alumno en el año 2025 esté, de hecho, siendo formado con un saber que tiene medio siglo de atraso.
Mosaico Social: ¿Cuándo usted dice “saber” se refiere a la metodología?
Miguel Soler: Me refiero al conocimiento que se imparte, a los valores con los cuales se trabaja en el proceso educativo, a la relación entre la realidad en la que vive el alumno - que es dinámica - y la realidad escolar que puede ser estática y de alguna manera sustraida al contexto de las vivencias que el niño tiene durante el resto del día. Nosotros debemos preconizar que entre el mundo del aula y el mundo fuera del aula no haya grandes distancias. Porque si hay grandes distancias en el tiempo o en la temática o en los valores que se trabajan en una u otra situación, el que padece es el alumno. Porque recibe distintos mensajes y no ubica el mensaje educativo en el lugar que le corresponde en la formación de su personalidad. Encuentra que los otros elementos formadores o mal formadores o deformadores que lo rodean son mucho más interesantes que el mensaje que le puede estar dando la escuela. Esto ocurre.
Mosaico Social: Los principales requisitos son entonces presupuesto, en primer lugar, formación docente y actualización...
Miguel Soler: La formación docente debe ser de buena calidad y debe darle oportunidades al docente de crecer profesionalmente, de hacer una carrera ascendente, no porque se hace más viejo, es decir ganando antigüedad, sino porque se hace más sabio. Profesionalmente pasa a estar más dotado de información y de formación para trabajar, para aplicar en su trabajo docente. Esos desfasajes hay que romperlos y cuesta muchísimo. Porque para formar de otra manera a los docentes, como yo creo que es urgente hacer, se necesitan los formadores de esos formadores y esos no están. O son pocos o también hay que trabajar con ellos para que entiendan el momento histórico en el que estamos y actualicen la enseñanza formadora de los futuros docentes. Todo esto es una cadena de necesidades que urge atender sin muchos medios para hacerlo.
No podemos pensar que vamos a traer expertos extranjeros para hacer esto. Este no es un problema de extranjeros este es un problema a resolver con nuestros valores.
Mosaico Social: Usted decía que la educación es siempre política, ¿política es ideología?
Miguel Soler: Yo creo que toda educación tiene una ideología. No lo hago equivalente al partidarismo, a la pertenencia a un partido político. La naturaleza de la educación es política pero eso no quiere decir que esa política esté concebida en los términos estrechos de una ideología determinada, o de un modelo político determinado, de un partido determinado, etc.
Mosaico Social: ¿Dónde reside la naturaleza política de la educación?
Miguel Soler: Reside en el reconocimiento de que la educación no es solamente un ámbito profesional, un ámbito científico, un ámbito limitado al cumplimiento de determinadas funciones con los destinatarios de la educación sino que es una actividad inserta en el quehacer nacional en su conjunto y por consiguiente, en las políticas de Estado, sean éstas unas u otras, una sola o muchas, sean explícitas o sean simplemente las propias de un tirano que decide organizar a su sociedad y dentro de ella a la educación, a su manera. Todo eso es un ámbito que tiene que ver con la política y la educación es parte de esa política.
La prueba de eso la tenemos en que cada vez que hay un gran vuelco político histórico, hay un vuelco en la educación. Cuando triunfa la revolución cubana, se modifica la educación; cuando triunfa la revolución sandinista se modifica la educación; cuando sube el señor Alfonsín al poder en la Argentina - perteneciendo al Partido Radical, no a un movimiento revolucionario como los otros dos ejemplos que puse - se modifica la educación. Y aqui en el Uruguay, cuando sube el doctor Tabaré Vázquez al poder se cree necesario modificar la educación. Esto quiere decir que la educación está situada en la historia de los pueblos y acompaña, tiene que acompañar, los procesos histórico-políticos propios de esos pueblos. No se da en la historia una educación con ciertas características opuestas totalmente a una sociedad que tiene otras características, porque la sociedad no lo tolera. Lo primero que hace es ajustar la educación a sus convicciones, sus objetivos, etc.
Mosaico Social: ¿Una definición de educación sencilla y corta?
Miguel Soler: La educación puede ser considerada un conjunto de actividades que responden a una finalidad fundamental que es la de contribuir al desarrollo de la persona humana. Es decir, el destinatario de la educación es el educando, cualquiera que sea su nivel y condición. La medida del acierto, del éxito educativo, la da el educando. No en lo que sabe sino en cómo lo que sabe influye en su vida, es decir en su ser y en su hacer.
Ahora, si la educación es considerada un servicio estamos en otro orden de cosas que no apunta a lo esencial. Si la consideramos un sector de la administración pública estamos errando la puntería. Si la consideramos, meramente, un sector laboral para una parte de la población estamos otra vez apuntando a lo complementario y no a lo esencia.
Lo esencial es: la educación como conjunto de procesos intencionados, fundamentados que contribuyen al desarrollo de la persona humana. Y digo persona humana por no decir sólo niños, porque la educación es un derecho de toda persona humana como dice el artículo 26 de la Declaración de Derechos Humanos.
Todos nosotros somos educandos. Todos nosotros estamos necesitando nuevas contribuciones a nuestro crecimiento personal. La prueba la tenemos en la gran cantidad de personas que en estos momentos están aprendiendo informática. ¿Por qué? Porque somos educables.
Mosaico Social: Esta manera en que define la educación, ¿corresponde a su concepción de política educativa?
Miguel Soler: Sí, una política educativa centrada en procesos que se producen en seres humanos determinados en función de los intereses y necesidades de ese ser humano. La educación tiene un movimiento pendular que va del individuo a la sociedad. No puede concebirse descuidando al individuo ni favorecer el aislamiento individual. Por eso criticamos todo enfoque educativo que, obedeciendo a necesidades de la sociedad dice ’tenemos que formar a los alumnos para la economía, para el desarrollo, para la producción, etcétera, etcétera”
Cuando se pone el acento sólo en esta parte, se está desatendiendo el verdadero derecho a la educación que es el que tenemos todos a crecer como seres humanos con ayuda externa, como ser la educación.
Mosaico Social: No tienen por qué ser contradictorias las dos cosas.
Miguel Soler: No tienen que ser contradictorias, por eso el movimiento pendular.
Mosaico Social: Se puede asimilar el desafío actual de Uruguay al de otros países de América. ¿Hay puntos en común entre los países latinoamericanos?
Miguel Soler: Creo que la educación en América Latina va a acompañar la evolución de la sociedades latinoamericanas por esta relación que habíamos visto hace un rato entre los procesos políticos sociales y los procesos de cambio en materia educativa. América Latina está viviendo un intenso proceso de cuestionamiento de sí misma que en algunos países ha llevado a la asunción de nuevas corrientes ideológicas que buscan el cambio social como la única salida para resolver el problema de la profunda dependencia empobrecedora que afecta a nuestra región. Nuestra región es dependiente porque está en un sistema imperialista, capitalista y está empobreciéndose porque ese es el resultado inevitable de una concepción económica que no está basada en la justicia sino en el beneficio y en la competitividad. En esas condiciones, la educación va a ir incoroporándose como un factor que, a la vez que se beneficia de todo el planteamiento que conduce al cambio social, contribuye a acelerar ese cambio social.
Mosaico Social: Del ideario de José Pedro Varela, ¿qué está vigente?
Miguel Soler: Todo. Tenemos que reconstruir la posibilidad de poner juntos en el mismo banco escolar a las gentes que son parte de la sociedad, desde la diferencia. El sistema nos está llevando a que clasifiquemos a los ciudadanos en los unos y los otros. Los unos son los que tienen facilidades para resolver sus necesidades básicas de manera satisfactoria, los otros son los que están por debajo de esa línea y no las pueden satisfacer. Estos dos sectores de la población, en una sociedad democrática, se deben acercar. Tener unas escuelas para unos y unas escuelas para otros contradice el ideal valeriano, el ideal republicano e igualitario y lo tenemos que reconstruir.
Mosaico Social: Usted vivió directamente la experiencia de un cambio político que introdujo cambios en la educación, cuando estuvo en Nicaragua, en la época del gobierno sandinista. ¿Qué experiencia le dejó esa vivencia?
Miguel Soler: Yo viví con mucha intensidad los 10 años de la revolución sandinista, en los años 80. Hice 13 viajes a Nicaragua y algunas veces pasé bastantes temporadas, colaborando, participando y aprendiendo mucho. Lo que me resultó evidente es que, cuando el cambio socio político es tan intenso como el que significó la derrota de los Somoza y la entrada de un gobierno nuevo, de inspiración democrática - porque el sandinismo practicó el pluralismo político - las potencialidades que tiene un pueblo son enormes y la capacidad de reacción es rápida; formidable y digna de ver.
La llamada Cruzada de Alfabetización que tiene lugar en el año 80, la creación del Vice Ministerio de Educación de Adultos, el Programa de Educación de Adultos que sigue a la Cruzada de Alfabetización, la multiplicación de las escuelas normales para formar aceleradamente maestros al servicio del pueblo, todo ello fue una experiencia riquísima. Otro hecho formidable fue que, en los primeros años, en promedio cada día se inauguraba un aula y media, dedicada a la educación primaria y secundaria, fundamentalmente en el campo, donde más falta hacía la educación. Fue un hecho espectacular el que hubiera trabajo voluntario (de jóvenes), que sin tener título ni salario comprendían que era el momento de compartir su saber bajo la consigna de que sólo el pueblo educa al pueblo. Eso era lo que en aquel momento se necesitaba...
Todos estos hechos de los cuales yo fui testigo y estoy muy agradecido por haberlo sido, en parte como colaborador, me revelaron el enorme potencial de cambio que tiene América latina si orientamos ese cambio a las verdaderas necesidades del pueblo y le damos una de las herramientas fundamentales que es una buena educación.
La educación no es todopoderosa, la educación no hace el cambio, la educación no salva al mundo, pero es uno de los elementos contribuyentes a que haya cambio, a que haya esperanza, a que haya lo que todos estamos necesitando: la lucecita de futuro que nos haga creer en lo que estamos haciendo. Esto en gran parte del mundo se está perdiendo, incluso en viejas civilizaciones perturbadas por esta globalización de lo mediocre que nos lleva a todos a situaciones de retraso considerable. Lo que se globaliza en general no es lo mejor, sino que lo secundario.
10.08.06 | Por Margarita Michelini, de Anong, Uruguay