Fuente Diario el Profesional de Melo del 15 de abril de 2011- Año XII Nro. 3096
El 14 de abril y al cumplirse 50 años del cierre del Núcleo Escolar Experimental de la Mina -una experiencia que incentiva la escuela en contactó con la comunidad como un centro de cultura y cambio, una experiencia donde numerosas escuelas rurales instrumentan un plan común y colectivo para el desarrollo de la comunidad con maestros especializados, ingenieros agrónomos, asistentes sociales, nurses, que trabajaban para que los vecinos fueran tomando en sus manos su destino- la Junta Departamental le rindió su homenaje colocando una placa en la escuela 60. Para ello llegó a Melo el Maestro Miguel Soler, uno de los pilares de esta experiencia educativa interinstitucional sin precedentes en la historia del país.
Los actos se desarrollaron a las 14 horas en la Escuela Nº 60 de la Mina donde se colocó una placa y hablaron la Directora de la escuela 60 Maestra Marianela Rodríguez, el representante del CEIP Maestro Darby Paz, la Inspectora de la escuela Maestra Rosa Olivera, el integrante de la Comisión de Cultura de la Gunta Departamental Edil maestro Telbio Piñeiro y el fundador del Núcleo Maestro Miguel Soler.
A las 19 horas en la Sala de sesiones de la Junta Departamental se realizó una sesión solemne con la participación de algunos actores de aquella época que pudieron compartir su experiencia con los ediles y el público presente en las barras.
El maestro Soler, catalán de origen pero radicado en nuestro país desde hace décadas, donde se convirtió en uno de los referentes de la educación del siglo XX fue un destacado maestro de nuestro país.Fue maestro rural, participó de la fundación de la Federación Uruguaya de Magisterio y creó el Primer Núcleo Escolar Experimental (1954-1961), “un trabajo intensivo de educación para el mejoramiento de la vida campesina, conocido como la experiencia de La Mina”.
Fue distinguido hace algunos años con el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de la República (Udelar) por su extensa y destacada tarea educativa. Nacido en el año 1922 en Cataluña, amigo del maestro Julio Castro, es un referente para la pedagogía nacional. Soler colaboró intensamente con el proceso que llevó a la generación de una nueva Ley de Educación que aún está en discusión.
Entre sus conceptos expresados en el local de la escuela 60 y dirigiéndose a los niños destacamos que comentó el hecho de la importancia que deben tener los ancianos en una comunidad según algunos pueblos africanos, ya que ellos decían que cuando se muere un viejo se perdía una biblioteca..
"Niños...les dejo deberes, inviten a estos maestros que aún los tienen entre ustedes, pregunten. cómo era antes, cómo lo hacían, como la enfermera llegaba a los domicilios, cómo se arreglaba la dentadura, los campeonatos, las huertas... cómo era la escuela rural antes"..."la cultura de los pueblos y su historia no solo se encuentra en los libros, también está en la memoria de la gente."
En la Junta se habló de la vigencia del marco pedagógico La Experiencia de la Mina Como parte de la construcción de la impronta social de la Escuela Rural se desarrollaron proyectos emblemáticos como el del Núcleo Experimental de La Mina, a partir de la iniciativa del Maestro Miguel Soler.
Entre otros conceptos el Maestro Soler sostuvo que es necesario que no se repitan las ideas: "esta experiencia por suerte no se puede repetir" -dijo- "porque la gente evoluciona, la situación no es la misma y todo es más dinámico"
El Primer Núcleo Escolar Experimental La Mina nucleaba 7 escuelas en un área carenciada que abarcaba unos 280 Kilómetros de diámetro,con ello se esperaba romper con el aislamiento del maestro rural coordinando esfuerzos y recursos.
Hacia 1961 se produce lo que Miguel Soler denomina "la poderosa marcha atrás de la educación", una serie de medidas administrativas que detiene el desarrollo de las acciones e ignora el aporte de los docentes -protagonistas de esos fecundos años. La crisis llevó a la renuncia de su Director, alegando que la misma radicaba en la falta de un pronunciamiento completo del Consejo de Enseñanza sobre el trabajo que se había cumplido en la Mina,y el desconocimiento del mismo.
Hecho Educativo
Soler Roca estableció, sobre el hecho educativo que es un trabajo situado, el cual debe tener en cuenta las necesidades del desarrollo de los miembros de una sociedad,lugar geográfico y ecológico determinado, en un momento histórico establecido, en un ámbito político, social y cultural con características que le son propios.
Esto no significa un aislamiento, sí implica la defensa de la identidad nacional y de sus valores frente a la homogeneización cultural global promovida por los medios de comunicación mundiales: "cada pueblo ha de definir su proyecto político de sociedad, debe disponer también de su proyecto educativo, de una filosofía educativa, una .política educativa. Y esta política educativa ha de guardar la necesaria coherencia con la política general. Todo gran cambio de orientación política determina ajustes más o menos profundos en la política educativa y en el servicio educativo".
Estamos hablando entonces, de Políticas Educativas (toda decisión o acción que el Estado toma en materia de Educación), Las mismas son establecidas acorde a los valores que prevalecen en una sociedad. No existe, ni sería bueno que existieran, programas apolíticos de enseñanza, ya que las ideas que la población pueda tener sobre las funciones de la Educación las tenemos que ubicar en complementariedad con el resto de los dispositivos sociales disponibles, para poder atender los problemas que existen en el país.
Si se reconoce que la sociedad debe de tener, respetando la variedad de opiniones, un Proyecto Político y una Política Educativa, es preciso que la Educación sea organizada como un sistema, donde todos puedan opinar y participar, del cual el responsable ha de ser el Estado", sostuvo.
Toda educación tiene una ideología. Soler Roca no lo hace equivalente al partidarismo, a la pertenencia a un partido político. La naturaleza de la educación es política pero eso no quiere decir que esa política esté concebida en los términos estrechos de una ideología determinada, o de un modelo político determinado...
“La educación, afirma Soler Roca, es un derecho de todos y debe poder ser ejercido a lo largo de la vida”. No existe una edad exclusivamente dedicada al aprendizaje y otra en la que lo aprendido se aplique al trabajo y la vida personal. Todos seguimos aprendiendo y estos nuevos aprendizajes constituyen también un derecho.
Particularmente importante, en tiempos de globalización, es la tesis de Soler Roca sobre la historicidad del hecho educativo: “Todo trabajo educativo es un trabajo situado. Debe atender las necesidades del desarrollo de seres concretos, miembros de un grupo humano determinado, en un lugar geográfico y ecológico sin igual, en un momento histórico preciso, en un ámbito político, social, cultural, lingüístico con características que le son propias”. La historicidad del hecho educativo no significa aislamiento, pero sí implica la defensa de la identidad nacional y de sus valores frente al peligro de una homogeneización cultural mundial promovida por los medios de comunicación transnacionales.
Retomando el pensamiento de Paulo Freire, Soler Roca reconoce la politicidad del hecho educativo. “Del mismo modo, nos dice Soler Roca, que “cada pueblo ha de definir su proyecto político de sociedad, debe disponer también de su proyecto educativo, de una filosofía educativa, una política educativa. Y esta política educativa ha de guardar la necesaria coherencia con la política general. Todo gran cambio de orientación política determina ajustes más o menos profundos en la política educativa y en el servicio educativo”.
Las políticas educativas son establecidas conforme a los valores que predominan en la sociedad. El hecho de que la educación pública sea laica, por precepto constitucional, no significa que sea carente de valores.
Al respecto dice Soler Roca: “Se puede ser laico y vivir conforme a valores surgidos de nuestra común condición de seres humanos y no necesariamente de la condición de adeptos a tal o cual confesión religiosa”. La educación laica puede y debe ser portadora de valores éticos y morales indispensables para su carácter formativo. Lo que hace de la educación algo más que una simple instrucción es, precisamente, el hecho de que está impregnada de valores.
Las últimas reflexiones de Soler Roca se refieren a los llamados “temas transversales” de los currículos, asociados a problemas hoy día ineludibles, como son los relacionados con los Derechos Humanos, la preservación de un medio ambiente saludable, la solución pacífica de los conflictos, de tolerancia, etc...
Las lúcidas reflexiones del educador Soler Roca concluyen con la afirmación de que el alumno es el centro del proceso educativo, pero que el educador es también esencial: “El protagonista fundamental de todo proceso educativo es el educando. En definitiva, la medida del éxito de toda acción educativa la dan los cambios que ésta produce en la mente del alumno”. Pero, agrega, “sin ninguna duda, el segundo actor de la obra educativa es el educador, entendiendo este término en el sentido más amplio posible. Es, para mí, el factor de calidad más importante del proceso educativo”.